Aunque pueda parecer una auténtica psicofonía sacada de Cuarto Milenio… Ésta es.
En 1860 el francés Edouard Leon Scott de Martinville consiguió producir una grabación reconocible, audible y reproducible. En dicha grabación aparece la voz de una mujer cantando un par de frases de una canción popular francesa de la época, el «Au Clair de la Lune«. Pero ésta no fue descubierta hasta el año 2008, donde David Giovannoni y su equipo accedieron a los fonoautogramas de Leon Scott en el archivo de la oficina de patentes de la Academia de Ciencias Francesa, y escanearon el papel en relieve con un sofisticado programa informático desarrollado años antes por la Biblioteca del Congreso estadounidense.
Para poder realizar dicha grabación Leon Scott utilizó un extraño armatoste al que llamó «Fonoautógrafo« (1857), que fue considerado como una curiosidad de laboratorio, donde se podía registrar el sonido sobre un soporte físico visible, útil en experimentos de audición y para el estudio de la acústica. En realidad estábamos ante el nacimiento de la primera grabadora del mundo…
Fonoautógrafo 1857
El aparato lograba hacer vibrar el estilete sobre el papel ahumado, pero no se ha sabido hasta ahora que la onda grabada por el autofonógrafo era una grabación del sonido, que sólo necesitaba de un medio de reproducción adecuado que lo hiciera sonar.
Fue una lástima porque Édouard-Léon Scott de Martinville no logró sacar provecho económico de su invento y pasó el resto de su vida como librero en la Rue Vivienne 9 de París…
EL VINILO SE VISTE DE 